De la pena, la alegría y otras hierbas
Alguien me dijo una vez que las comisuras de nuestros ojos y nuestros labios determinan en cierta medida el tipo de personas que somos. Pero más que determinar, demuestran lo que ya traemos con nosotros desde el seno materno. Visto de este modo, las personas que tienen las comisuras de sus ojos caídas, por lo general suelen ser almas un poco depresivas y solitarias, y por el contrario, las personas con las comisuras de sus labios y ojos rasgados, por lo general son seres alegres y extrovertidos. No sé qué tan cierto pueda ser esto, pero debo reconocer que cuando me lo comentaron me hizo sentido... mi mejor amiga es bastante depresiva y a veces pienso que siempre se encuentra en un estado como de obnubilación... y adivinen qué... tiene los ojos como los de los osos de peluche, así como redonditos, brillantes y caídos. Yo también tengo los rasgos así, y a veces también creo que la pena en algunas personas es casi una condición natural, pero pienso como Benedetti que prefiero ser "una triste con vocación de alegre", porque si esto es un sino, pesa bastante y no es justo, y es mucho más meritorio haber nacido para sufrir y salir airoso de la vida que haber nacido para ser feliz y llevar una vida de mierda... y eso no lo determina ni tus rasgos, ni tu sexo, ni tu color de piel, sino tan sólo la fuerza de tu espíritu.