miércoles, mayo 24, 2006

Historia personal del miedo

Freud dijo que el miedo es la manifestación consciente de un dolor o trauma inconsciente. Entendido de este modo, la mayoría de nuestros miedos tienen su raíz en lo que Buda llama "engaños", es decir, maneras distorsionadas de percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Sentir miedo es una característica natural en el ser humano, así como lo es en los animales, sin embargo cuando el miedo invalida a quien lo siente, esa sensación pasa de ser algo normal a ser una condición mental de desequilibrio. Mis miedos son muchos... podría enumerarlos y no me alcanzaría espacio suficiente en este blog para mencionarlos todos. No se trata de que viva con miedo, pero de pronto me atemorizan cosas ínfimas como las arañas. Otro temor importante es el miedo a las multitudes..., a las aglomeraciones, por eso no voy mucho a recitales o conciertos, tampoco podría participar en un acto masivo o concentración, de "love parade" y ese tipo de espectáculos ni hablar!. El caso es que averiguando con muchas personas me di cuenta que vivimos en una sociedad atemorizada en extremo, incluso de las cosas más lindas e importantes de la vida, como por ejemplo, el amor. Es extraño como la gente siente miedo de amar, de entregarse, de compartir su tiempo, su vida y sus quehaceres con alguien. Es insólito como miles de hombres - y ahora también mujeres - se preparan diariamente para la guerra, para matar a otros seres humanos que no son ni más ni menos que ellos y sin embargo se atemorizan ante la sola idea de enamorarse perdidamente de alguien. A mi me gusta enamorarme, me gusta ese mágico instante en que alguien me mira a los ojos y el mundo se detiene, me gusta sentir el olor de la persona amada en el aire, en el ambiente, me gusta creer que será para toda la vida y me gusta pensar que ahora por fin sí es la persona correcta, aún cuando me destrocen el alma una y otra vez, yo sigo como Adamo "con mi corazón en bandolera" porque después de todo siento que soy mucho más valiente que miles de personas... a pesar de las arañas, a pesar de las multitudes y a pesar del dolor. Yo sigo adelante y sigo intentándolo... después de todo, cualquier día de estos saco el boleto ganador y alguien se enamora también perdidamente de mí, y de paso se acaban para siempre el resto de mis fobias.

miércoles, mayo 10, 2006

This one is for you

No me gustan los grupos... de lo que sean ni de la forma que se llamen: fans club, club deportivo, agrupación, partido político, boys scouts, religión, credo, secta, jóvenes por cristo, ministerio pare de sufrir, masonería, opus dei, etc, etc, etc. Creo que es porque desde niña he tenido súper claro quien soy y lo que me gusta. Nunca sentí tampoco la necesidad de pertenecer a algo para ser reconocida ni la aprobación de los demás para "existir". Sin embargo debo decir que a pesar de mis pesares, sin querer, pero también afortunadamente, por primera vez en mi vida pertenecí a algo así como un grupo, una especie de asociación con unos pocos rasgos de movimiento feminista y con mucho de familia... aperrado, divertido, muy sarcástico y a veces hasta insufrible. La culpa la tuvo la universidad, la vida y sus extraños caminos, y por último la siempre necesaria existencia de nuestros queridos y nunca bien ponderados compañeros de carrera y profesores, sí... efectivamente, porque gracias a ellos y su capacidad de estar siempre al borde de la crítica o la burla nuestra, fuimos uniendo nuestras almas y nuestras ironías al son de alguna inocente bromilla... y otras no tan inocentes (se acuerdan del FRAL?). Porque gracias a ustedes queridas amigas por única vez me sentí como la abejita que encuentra su panal en medio del mundanal ruido de esta ciudad, áquella como la del video de Blind Melon en "No Rain"; gracias a ustedes la cerveza tuvo mejor sabor después de cada partido de baby; gracias a ustedes la carencia de afecto por parte de una pareja se hizo más llevadera; gracias a ustedes los fines de semana sola se hicieron más cortos; gracias a ustedes las discusiones políticas fueron más sabrosas y enriquecedoras; gracias a ustedes la palabra lealtad fue siempre sinónimo de amistad; gracias a ustedes los e-mails siempre fueron más que una cadena o una petición... y gracias a ustedes es que a pesar de que hoy me encuentro sentada tras un escritorio con la avasalladora rutina del asalariado mensual puedo sonreír y escribir esta notita recordando los momentos más felices de mi vida. Gracias totales!!